En este libro de José Garza podemos comprobar que la literatura corre pareja al periodismo y viceversa, y que ambos se prestan mutuos auxilios. El autor dedica la primera parte a valoraciones críticas, situándose a distancia, como lector bien entendido; en la segunda parte viene a situarse de cerca, como discípulo, y lo que nos ofrece es su propia crónica de la experiencia de haber sido alumno de uno de los talleres de periodismo de García Márquez, dictado en la ciudad de Monterrey en 1998.