Diversos organismos internacionales y estudiosos sostienen que la mejor gobernanza es la que se desarrolla desde una base territorial, preferentemente local. Lejos de ello, la actual política nacional en México de desarrollo urbano (2014‑2018) «desterritorializa» la adopción de decisiones para la planeación de las ciudades y, en cambio, centraliza el manejo y disposición de los fondos presupuestarios destinados a ese rubro. En este libro se muestra el impacto del sistema financiero intergubernamental y la «macropolítica» en el nivel del municipio mexicano que ha afectado la autonomía municipal y la buena gobernanza urbana.