Narraciones que evocan los recuerdos de una vida nutrida de experiencias interiores, de pensamientos, sentires y acaso algunos sufrimientos, estos son los temas que Beatriz Espejo recoge en esta antología personal, que celebra su significativa dentro de las letras mexicanas. Son cuentos que hablan de niñas aprendiendo latín, a las que ve con embeleso el maestro, casi un viejo de treinta y tres años, o que llevan el catecismo para hacer su primera comunión, bajo la mirada de la hermana religiosa, que disfruta oírlas balar como ovejas. También son narraciones de mujeres hechas, hermosas, como Marilyn Monroe en plena reflexión de su vida, o Carlota sufriendo el recuerdo de su amado Maximiliano.