Los estudios que se presentan en el libro ayudan de muchas formas a comprender por qué la violencia de género es ahora un fuerte
problema social que aún no se posiciona como un problema público, despertando así interés en la manera en que concebimos y
construimos la esfera pública como un espacio de mediación discursiva, en el que no hemos podido fortalecer la idea de que a todas y todos atañe buscar soluciones para un problema estructural como la violencia hacia las mujeres.