Este libro es producto de un proceso de investigación en torno a la transformación del espacio público en las ciudades durante las décadas más recientes. En especial, el análisis de dicho fenómeno se enfoca a la ciudad de Culiacán, en la que los habitantes —sobre sobre todo aquellos que por gusto o por obligación— prescinden del uso del automóvil, han visto afectados sus hábitos de movilidad. El autor hace énfasis en la necesidad de que el espacio público recupere su categoría como lugar de encuentro en las ciudades.