En el epígrafe de uno de los poemas de este libro, Monterroso dice: «Hay tres temas: el amor, la muerte y las moscas ».
E l d e s e o e s una lámpara que no alumbra tiene que ver muchísimo con los dos primeros y no poco con las últimas. Amor y muerte están mezclados por la enfermedad, que es como un catalizador que a veces deja pasar a uno y a veces a la otra: el cáncer es una válvula que modula la peculiar resonancia de cada uno, porque de lo que se ha hablado hasta la saciedad sólo se puede hablar de nuevo a través de ecos muy bien seleccionados, muy bien pensados.
Ruiz-Pérez logra hablar del amor y la muerte como si fueran únicos y nuevos porque sabe aterrizar sus propias experiencias en un entramado verbal fuertemente anclado en la tradición y a la vez muy de su tiempo: a medio camino entre el Libro del desasosiego y una canción de Radiohead.
El sentir particular de estos poemas, que es pessoanamente el del autor y el de cualquier otra persona, se puede compartir porque nunca cae en los extremos del alarde verbal ni del alarde sentimental: no hay fuego de artificio que oculte el peso de la muerte ni la levedad del amor, ni cómo a veces cambian inquietantemente de lugar. Es más bien un sentir rápido y elusivo, escéptico y libre, como las moscas. Y está destinado a un lector con esas mismas características, que sepa qué son el amor, la muerte y las moscas.