Este libro parte de una premisa pedagógica: la educación es en valores o simplemente no es educación. Así, hace un balance de la escuela mexicana que presenta saldos negativos: la violencia en el patio escolar ha crecido, el bullying en educación secundaria se ha convertido en un rasgo cultural preocupante, los asaltos a mano armada por estudiantes adolescentes y jóvenes aumentó su cifra y la delincuencia de «cuello blanco» con título universitario ya nos colocó como el país más corrupto de Latinoamérica.